Está un poco sobrevalorado eso de “disfrutar lo simple” últimamente se ha ido formando todo un estereotipo de lo que es bonito y simple de la vida, llámese comer chocolate, dar una sonrisa, dejar un mensajito, y tantísimo detalle bello. ¿Cuánto de esto es cierto? De pronto uno se empieza a acostumbrar a lo simple, a conformarse con menos, cada vez menos y empieza a olvidar los objetivos...
...yo iba a tomar ese tren pero en el camino me vendieron maní tantas veces que me empecé a quedar a comprar maní, a hablar con el caballero que lo vendía de cómo era el clima en la ciudad, de cómo las personas cada vez eran más infelices en ese pueblo, de cómo ganaban tanto dinero y no podían hacer reales sus sueños, ufff tanto hablar que me alejaba cada vez más de mi objetivo, ¿por qué? Porque el viejo del maní si, era interesante pero ¿acaso era por eso que desperté esa mañana de diciembre? ¿No iba yo a otro lado? Pues si, mi piel, mi sangre… mi cabeza… mi corazón iba a otro lado!, iba por un sueño… iba por tantos sueños
el viejo del maní me da sueño… quisiera decirle que ya, están entretenidas sus historias pero debo largarme, soñé la noche anterior que volvía a ese diciembre donde tejí mi futuro, donde bosquejé mis dibujos de persona-grande, donde marqué con colores y flores cómo quería ser algún día, por Dios… si que amo las pequeñas cosas, y pucha que las amo, como mucha gente más, eso no me hace tan especial en verdad… pero el viejo del maní me distrajo de mi objetivo, de mi sueño grande, entonces qué hago?----
el viejo del maní me da sueño… quisiera decirle que ya, están entretenidas sus historias pero debo largarme, soñé la noche anterior que volvía a ese diciembre donde tejí mi futuro, donde bosquejé mis dibujos de persona-grande, donde marqué con colores y flores cómo quería ser algún día, por Dios… si que amo las pequeñas cosas, y pucha que las amo, como mucha gente más, eso no me hace tan especial en verdad… pero el viejo del maní me distrajo de mi objetivo, de mi sueño grande, entonces qué hago?----
---sipo’, corro, le digo que volveré del viaje a contarle más cosas de otros pueblos, pero que mi tren se va y yo había olvidado cuanto anhelaba ese momento, ese de irme con lluvia y sol mezclados, con vientos fuertes, pero tras mi camino, el mío, ese que yo elegí, ese que me hizo crecer, el que hizo dejar de depender de decisiones ajenas, yo había olvidado cuanto amaba mi vida, y que si lograba lo que quería si iba a hacer más personas felices, más que oír las historias de un tipo, que probablemente contaría una y otra vez a otros pasajeros, el podía decir sus historias a otros, yo necesitaba ir rápido para volver algún día con maletas pequeñas pero muy profundas.